HALO

Como un acto de resistencia y con la intención de preservar la memoria de un sector del centro la ciudad, desde el 2008 – Soler se  apropia y reconstruye fragmentos de arquitecturas que erige para mostrarnos la manera como somos afectados por nuestro entorno inmediato.  

 

Hoy, con  ocasión de esta exposición  en el Centro Colombo Americano y  tras la vivencia de un acto violento y su proximidad con la muerte,  ensambla e instala una estructura para ser congelada.

 

Sin embargo, más que ser un ejercicio de catarsis HALO es el eslabón de una cadena de acontecimientos que después de ser interrumpida siempre recomienza.  Aquí se contiene el vacío y la frontera del  afuera se funde con el adentro  para construir un espacio escultórico que nos enfrenta con nuestra propia naturaleza. 

 

Al igual que en su vídeo “Fuera de lo Natural” (2009) en el que transcurre una tormenta durante los cuarenta minutos previos al amanecer en una playa del pacífico colombiano, en esta oportunidad nos hace recordar cómo el clima es un factor determinante  en el comportamiento de las especies y de la manera como ellas habitan en la tierra,  para  afirmar como ya lo hizo Bob Dylan en la película de Martin Scorsese “No way home”  que el frío apacigua los temperamentos y nos hace vulnerables pero vivimos en la zona ecuatorial y las acciones  violentas no tienen tregua. Aún así, no podemos olvidar que la violencia es una condición propia del estar vivos: el cortejo, el acto sexual y el instinto animal de lucha por la vida, son algunos indicadores de ello.

 

HALO significa resplandor, círculo de luz difusa o según una interpretación de los sueños la iluminación, la luz que surge a partir de una situación y que ofrece una nueva perspectiva para alcanzar el entendimiento. Y es justo de aquí de donde parte Arango para esta reflexión que, como en su serie de performances del proyecto “Anticipación” (2008) en el que su cuerpo sobre el suelo es cubierto con cal, deja una huella que esta vez no será borrada por la lluvia sino que establece  nuevas intersecciones entre el antes y el ahora.

 

En esta exhibición el artista reúne tres momentos de su obra y de su vida; presenta fotografía,  escultura y  performance, para permitirnos  ver nuestro reflejo fuera de foco, no en la superficie sino detrás de ella, escuchar el sonido del frío y los latidos de un corazón perpetuado. 

 

Adriana Castro Criales